martes, 16 de octubre de 2007
EL INICIO…

11:09:37:098




“Creo… -siempre se adviene la idea de fe cuando se está por sufrir algo desconocido o se enfrenta con aquello que se teme- que a esta hora alguien más debe de estar enterado de lo sucedido. Así debiese ser, no quiero perder el poco entusiasmo que me queda. Esta línea de comunicación es la única que al parecer funciona; o al menos eso me lo imagino yo, ya que en la pantalla aparece el icono que me asegura conexión.
Lo desagradable es que este equipo pertenecía a los “internos”. No piensen que al decir desagradable me refiera a ellos; lo desagradable, es que solo puedo escribir, y no recibir información alguna por medio de este equipo. Así fue programado por el encargado del ala computación, y yo de sistemas operativos y demás cosas poco y nada
sé.
Explicaré lo que hasta ahora ha acontecido de la mejor manera posible; y deben disculpar mi quizás modosa manera de escribir, pero como psiquiatra y psicólogo me debo en parte a aquellos que me conocen y no es mi intensión defraudarles, siempre me han tildado como un sujeto que ocupa mas términos lingüísticos de lo aconsejable; por eso, agraviándome un tanto, intentaré resumir los sucesos de la forma mas clara posible pero sin perder lo que soy (espero que me reconozca alguno de mis camaradas y pueda enviar ayuda).
Lo primero.
Llevo en este pueblo algo mas de dos años -antes se conocía al lugar como “Villa Placeres”, aclaro esto ya que es un dato de importancia para los hechos actuales- en enero serán tres años. Llegué como doctor a cargo del ala de investigación. Algo venia sucediéndose en este pueblo, desde un tiempo a ese momento, según los apuntes del doctor a quien vine a reemplazar.
En aquel entonces, acostumbraba a llamar a cada quién por su nombre, pero las cosas fueron mutando lentas e inexorablemente, al punto que, como habrán notado, ya no llamo a nadie por su nombre, ni siquiera yo puedo nombrarme; pero debo afirmar que la razón es de trascendencia y no un mero subterfugio imaginado por mí. ¡Ja!, de seguro si me encontrase yo al otro lado de esta línea aseguraría que quien escribe esto es un insano o un “enfermo” perteneciente a este sanatorio, y lastimeramente no existe modo de comprobar si aquello es falso o verdadero, aquello ni siquiera me importa mucho, sólo espero que alguien pueda leer estas palabras e interpretarlas adecuadamente.
Me remito al origen y agrego.
Luego de unos meses, el grupo de investigación, notó que parte de lo observado por el anterior doctor, al parecer tenía algo de verosimilitud. Poco a poco parte de los habitantes del pueblo –de aquel entonces- comenzó a ingresar por una u otra razón a los pabellones del sanatorio. Uno a uno, desde el mas joven al mas senil. Y lo que mas nos asombró en aquel momento fue que, los animales que cohabitaban con los lugareños presentaban síntomas, muy parecidos al de las personas. Nadie quiso en ese entonces hacer un estudio mas acabado del entorno. “La directiva” –albaceas testaferros de los reales patrocinadores de nuestros estudios- no quería a gente “extraña” merodeando, tales como, otros investigadores u otra entidad cualquiera fuese. Por lo que, nos acostumbraron a resolver cualquier tipo de crisis por nuestros medios. Pero jamás –al menos eso me gustaría pensar- imaginaron que esto pudiese suceder.
Al pasar el tiempo, notamos que un individuo en particular tenía… como decirlo… ciertas aptitudes a las cuales se agregaban sus “periodos”. Estos “periodos” eran, para explicarlo de manera simple, tiempos en los cuales el paciente en cuestión permanecía aproximadamente de dos a tres días dormido, resultado por caer en un profundo sueño que a diferencia de los llamados normales, no alteraban su metabolismo y producían en los demás moradores de los pabellones restantes, una poderosa inquietud, que solíamos calmar, con las drogas usadas en cualquier otro sitio parecido.
Llegamos así –sin haberme adentrado aún en cada uno de los detalles, que deberé repasar de este mismo modo, para encontrar una respuesta e intentar salir ileso de mi actual momento- a los sucesos que el día de hoy se han producido. En pocas palabras: El sanatorio se encuentra sitiado por sus propios internos, luego obviamente de uno de los “periodos” de quien les hablé anteriormente.
Primero ocuparon el ala oeste del “Sanatorio”, luego el ala norte y sur, para mas tarde llegar a la central, cosa que no les fue de mucha ayuda a los “enfermos” pues para abrir los portones de seguridad –doce en total- necesitan de todos los miembros del grupo de investigación .
Sí, me encuentro en el ala sur. No soy el único sobreviviente del grupo de estudio, al parecer quedan varios mas. Y claro, es obvio por mis palabras que hay muertos. Pero lo que mas importa ahora es conservar la calma, debo transmitir los estudios hasta ahora realizados, es la única forma de…
Alguien se aproxima a la entrada subterránea de esta ala… aún funcionan los monitores de emergencia… no puedo perder tiempo, debo encontrar la tarjeta magnética del encargado del ala para cerrar las puertas de los primeros dos pisos, así al menos podré mantenerme a salvo, al menos unos días mas… debo concluir ahora…”
posted by Alejandro Astorga @ 12:50   0 comments
 
 
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